LA VIDA ENTRE VIRUS Y BACTERIAS Capítulo: 2
El desarrollo de la infección
Las enfermedades infecciosas son casi siempre provocadas por microorganismos que invaden el cuerpo y se multiplican. La invasión se inicia habitualmente mediante la adherencia de las células hermanas y el propio microorganismo. Éste permanece en el punto de invasión, en puntos lejanos o bien, se extiende debido a la producción tóxica, enzimas u otras sustancias nocivas.
La mayoría de los microorganismos que invaden nuestro cuerpo producen residuos tóxicos que afectan a las células cercanas o distantes. La mayor parte de estas sustancias tienen componentes que se unen especialmente con moléculas de algunas células (células diana), donde causan la enfermedad.
En el Tétano, el Síndrome de shock tóxico, y el Cólera, las toxinas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad infecciosa.
Estas infecciones son provocadas por las toxinas de los microorganismos y siempre fuera del cuerpo como, por ejemplo, la intoxicación alimentaria causada por Estafilococos. Muchos de los microorganismos causantes de las enfermedades que son capaces de aumentar la capacidad de su virulencia para resistir los mecanismos de defensa del cuerpo, permitiendo que la infección se extienda más rápidamente.
Infección por bacilos
Los bacilos se conocen como una serie de bacterias clasificadas según su distinta forma de bastoncillo. Hay que decir que las bacterias son de forma esférica (cocos). Sin embargo, las bacterias en sí, las determina la pared celular de la propia bacteria (estructura regida compleja). Aunque las bacterias por su forma característica, incluso los bacilos, también son clasificados como Gramnegativo, según su color después de aplicarles una tintura denominada Tintura de Gram durante su análisis.
Cuando los microorganismos intentan bloquear los sistemas de defensa del cuerpo pueden ser capaces de interferir la producción de anticuerpos o el desarrollo de las células T.
¿Por qué y cómo afectan las infecciones? Esta es una pregunta muy corriente en todo el mundo. Son diversas las infecciones que producen cambios en el torrente sanguíneo. El corazón, los pulmones, el cerebro, los riñones, el hígado y los intestinos son órganos referidos anteriormente, pero que son vulnerables a las infecciones. Por consiguiente, pueden alarmar al médico al identificar estos cambios que determinan una infección grave.
Las neumonías en los alcohólicos y en los diabéticos
Una neumonía en esta clase de enfermos puede ser insidioso (sin dolor en el costado, sin fiebre ni escalofríos), de cuyos síntomas ya me he referido con anterioridad. Los signos físicos igualmente son poco marcados, tos escasa, expectoración casi nula, y evolución muy lenta. Es un tipo de neumonía que puede confundirse, ya que es distinta al resto de las neumonías.
Para no repetirme, quiero terminar con una de las enfermedades más costosas de curar. La bronconeumonía. Sin embargo, en su forma habitual existe la bronconeumonía gripal y las otras bronconeumonías por la tensión fluida.
Intoxicación metabólica
Los residuos metabólicos provienen por la presencia de sustancias de insignificantes proporciones tóxicas. Éstas se acumulan en los tejidos de una manera perfectamente normal, dado que por su propio funcionamiento el organismo produce desechos metabólicos, que como ya he mencionado, el organismo ya está preparado para librarse de ellos.
El cuerpo humano posee órganos o glándulas de secreción externa, ya referidas como el hígado, los riñones, los pulmones y la piel, que se encargan de filtrar la sangre, la liberan de las toxinas arrojándoles al exterior.
Como es lógico, gran parte de las sustancias tóxicas presentes en el organismo provienen del desgaste de los propios tejidos. El cuerpo está en la obligación de eliminar por los emuntorios los restos de las células desgastadas, glóbulos muertos, minerales utilizados, etc.… En cambio, la mayoría de las sustancias tóxicas, provienen de la degradación de las sustancias metabólicas.
Todas estas sustancias deben ser expulsadas al exterior por la piel, por la orina, por la bilis y por el intestino.
Las proteínas, sin ir más lejos, una vez degradadas, producen urea y ácido úrico, la combustión de la glucosa, por ejemplo, también produce ácido úrico, gas carbónico, etc.….
Un organismo acepta todo este tipo de toxicidad, en tanto su presencia no sobrepase el umbral de tolerancia. Si no, se planeta un verdadero problema para el cuerpo y para la salud.
Estos tóxicos actúan como veneno para los tejidos y todos los órganos. Una presencia en exceso de ellos, entorpecen el funcionamiento normal del metabolismo, se agarrota y empieza el fallo del funcionamiento orgánico.
Es evidente, que la acumulación en el organismo se convierte en enfermedades diversas de origen metabólico. Esto quiere decir, que cuando nuestro cuerpo se encuentra en su interior con algo que no sabe lo que hacer con ello, es algo que no conduce a una buena salud, todo lo contrario, sólo conduce a la obesidad y a la enfermedad.
La acumulación de las grasas, por ejemplo, es siempre un aspecto de sobrecarga y esta acumulación es la que prepara el lecho a la enfermedad por invasión vírica o bacteriana.
Estas retenciones metabólicas, hacen que los riñones sufran a la hora de filtrar. Los riñones eliminan sus residuos por la orina, cuando estos se acumulan los riñones enferman.
Parásitos que dañan la flora intestinal
La Giraedia lamblia. Ésta se adhiere e invade el revestimiento intestinal y causa nauseas, la conocida como enfermedad giardiasis.
Crystosporidium. Estos provocan diarreas, retortijones abdominales, náuseas, vómitos y son más acusadas en personas débiles o con mala salud, no obstante, son los inmunodeprimidos los más vulnerables a la infección.
Estas dos clases de virus, tanto la Giardia como Cryptosporidium son adquiridos casi siempre al beber agua contaminada. No obstante, la Gastroenteritis muchas veces es consecuencia de las sustancias tóxicas químicas, presentes en los mariscos, en las setas, o en otros alimentos.
La toma de antibióticos no es compatible, pues el propio fármaco puede provocar daños y por eso no es recomendable su uso. Otro caso es cuando los causan ciertas bacterias, como ocurre en los casos referidos de (Campylobacter, la Shiguella y el Cólera)
Como hemos mencionado anteriormente, estas tres bacterias son las que provocan el estado de alarma por la actividad del centro del vómito situado en el cerebro.
El vómito y la diarrea, son sin duda una de las formas más llamativas de eliminar por parte de nuestro organismo las sustancias perturbadoras y tóxicas, causadas por la ingesta de alimentaos en mal estado.
El caldo de cultivo y la enfermedad
Los residuos no son sustancias que se depositan en una zona determinada del cuerpo. Debido al continuo movimiento circulatorio de los líquidos, los desechos son distribuido por todo el conjunto orgánico. Así pues, es el organismo en su conjunto el que sufre la invasión mórbida o bacteriana.
Debido a que todos estos desechos circulan por el torrente sanguíneo, pueden aparecer múltiples síntomas y malestar, por tanto, pueden despertar otras enfermedades de origen genético. Todas estas manifestaciones, deben su diversidad sólo a la gran variedad de las partes del cuerpo, donde tiene la oportunidad de fijar el morbo y, por tanto, iniciar cualquier tipo de patología. Como es lógico, cada organismo tiene su punto débil. Como decía el propio Luis Pasteur, el microbio no es la enfermedad, sino el terreno morboso y contaminante el que la produce.
La absorción de realiza en el interior del intestino delgado. Las sustancias nutritivas atraviesan las paredes intestinales y penetran en la red capilar que tapiza el intestino. Todos estos capilares se juntan para formar la llamada vena porta, que se encarga de transportar hasta el hígado las sustancias nutritivas extraídas del bolo alimenticio: azúcares, aminoácidos, cuerpos grasos, minerales y vitaminas. El hígado es el que después de varias transformaciones químicas, las distribuye en el organismo vertiéndolas en la circulación de la sangre.
Aquí es cuando los detritus acumulados se convierten en sustancias tóxicas circulantes, o sea, llegan hasta la sangre. Éstas son las causantes de numerosas enfermedades por la presencia de un estado de descomposición.
Una de las causas de intoxicación es cuando se acumulan residuos intestinales y coinciden con la ingesta de algún alimento contaminado por estafilococos. Todo esto al ingerir alimentos con esta variedad de bacterias y, además, encuentran el caldo de cultivo apropiado en el propio intestino. Como resultado se producen vómitos y diarreas.
Gastroenteritis
Esta aparece como consecuencia de un cambio de la flora bacteriana del tracto digestivo. Sin embargo, debemos recordar que los estafilococos son habitantes normales en la piel humana, en la boca, en la garganta y en la nariz. Son vecinos que conviven con los humanos sin causar daño alguno ni trastornos. Sólo cuando atraviesan la barrera de la piel o la mucosa, pueden causar diversas enfermedades. Estos huéspedes atraviesan la piel intacta a través de los folículos pilosos y los conductos de las glándulas suprarrenales.
La virulencia natural del estafilococo y la resistencia corporal están tan bien equilibradas, que la infección nunca sobrevive, salvo si el microorganismo es excesivamente virulento o las defensas corporales están disminuidas.
Es crucial para diseminación de las infecciones estafilocócicas, por ejemplo, que en el centro hospitalario las manos del médico o de la enfermera, pueden transmitir la infección de un paciente a otro. Esto es así, porque entre el personal hospitalario, hay siempre un elevado porcentaje de portadores del virus y es significativa la infección cruzada.
Microbios, ¿enemigos o aliados?
Los virus no dejan de ser microscópicos, sin embargo, estos seres marcan en cierta manera, el destino de la humanidad. Es evidente, que son causantes de las enfermedades más importantes a que nos enfrentamos. La microbiología es una rama de la ciencia médica, que trata de entender el funcionamiento de los microbios y evitar que aprovechen la oportunidad de nuestros momentos de debilidad.
Los microbios son grandes oportunistas y llevan más tiempo en el planeta que los mamíferos, superan al hombre en millones de experiencia. Algo sorprendente, es que su ritmo de adaptación y evolución al medio es muy grande.
Las bacterias, por ejemplo, completan en 60 años una evolución genética parecida a la que necesitaron los hombres en 30 millones de años.
El hombre descubrió por primera vez a sus inquilinos en el año 1676, cuando el investigador holandés Van Leeuwenhoek, se vio sorprendido por un trozo de sarro de sus propios dientes con un microscopio. Ante sus ojos se desplegó un mar de pequeños e increíbles seres en movimiento. No obstante, los intentos del ser humano para dominar a los microbios habían empezado cientos de años antes de este descubrimiento, cuando desde las más antiguas civilizaciones y sin conocerlos los hombres, fermentaban bebidas alcohólicas, pan y leche con ellos.
Hace pocos años, el hombre ha tratado de emplear los microbios en su propio provecho, (el descubrimiento de los antibióticos es el más destacado), y en la actualidad, los proyectos para que éstos sean empleados positivamente. De la misma manera, se utilizan bacterias para descomponer los plásticos o para eliminar las manchas de petróleo en el mar, etc.
Como todos sabemos, los microbios son muy difíciles de domesticar. De hecho, son uno de los mayores enemigos de la especie humana, y esto lo demuestran las estadísticas, que nos dicen que cientos de miles de seres humanos siguen falleciendo cada año por infecciones víricas microbianas.
Hay microbios que nos protegen, pero en determinadas circunstancias, pueden ser dañinos. Esto es así, porque la presencia habitual de los microbios en nuestro organismo, suelen impedir el paso de otros muchos más peligrosos.
Infecciones hospitalarias
Como es sabido, esto es muy frecuente debido al íntimo contacto del hombre con los virus y bacterias, así como su abundancia. La infección por ellos producida presenta unas características únicas. Durante mucho tiempo, el estafilococo ha sido causa de muchos problemas en los hospitales de todo el mundo. No es exclusiva de un centro hospitalario o región concreta.
De entrada, existen diversos factores de fondo.
Los estafilococos están bien dotados para la supervivencia y desarrollan cepas resistentes al antibiótico en general.
La cirugía modera está muy extendida, las técnicas son muy complicadas y se llevan a cabo con mayor exposición del tejido durante más tiempo.
El exceso de prescripciones de fármacos como corticoides, que deprimen las propias defensas del organismo.